miércoles, 29 de febrero de 2012

De Oscar Giron · Hace 2 horas

Borbollones de complacencia por la venas

Desencantos y enredos que turban las mentes

Pasión y olvido mezclados en las almas

Borbollones de nostalgia que cobran lo imposible

Recuerdos que amalgaman el dolor

Conspiración de locura en cuerpo inquebrantable

Borbollones de llanto y alegría

Corazones voraces y altivos

Efusión de amor y cobardía

lunes, 30 de enero de 2012

De un abismo infernal a un mundo lleno de colores



Las blanquecinas olas, el planeo esplendoroso de las gaviotas, el aire que emponzoña los pulmones con oxígeno salubre y que corrompe el sepulcro rutinario que existe en nuestro organismo por uno más alegre y lujurioso, espacio que nos obliga a revolcarnos en la arena ante la embriagues ocasionada por la felicidad de estar en familia o por el consumo de algunas bebidas que aturden la mente.

Este ambiente costero que hace mutar a las personas en cada vacación o cuando el cuerpo se quiere ensalmar – embrujar - por la vanidad de aquel inmenso charco que oculta su verdadero rostro reflejando el cielo, es un mundo de donde muchas mujeres son engañadas, maltratadas, violadas y marcadas como comerciantes sexuales.

Este es el universo violento que vivió nuestra entrevistada, a quien llamaremos Jennifer Xiomara - por su seguridad- y que logró sobrevivir a este caudal desenfrenado a través de un apoyo económico que recibió del Gobierno Central y Municipal.

Jennifer es una costeña de nacimiento. Las primeras luces que vio al salir del vientre de su madre fue un día de septiembre de 1987, en las riberas de una de las playas ubicadas en la Ciudad de los Cocos, como se le conoce a Sonsonate. En su infancia supo degustar las distintas especies de peces y distinguirlos por su nombre; pero también, supo saborear la desdicha que pasan los barrios pobres de la orilla de la playa, es decir, el hambre.

Para medio superar esta última, ella compartió su cuerpo para suplir las necesidades enfrentadas en su niñez, y cruzó dos fronteras para venderse al mejor postor, producto del engaño de una amiga, quien al final se convirtió en su matrona en el país donde abunda el mariachi y el pozole.

Embarque de amor y dolor

Para iniciar este relato como muchos existentes de esta índole en El Salvador, había que pedir el consentimiento a Jennifer, quien a la sombra de un árbol de mango, dijo: “Quiero que se dé a conocer mi historia, para que muchas jóvenes no caigan en este hueco -prostitución-, porque no trae nada bueno, más que desapariciones, muertes y mala vida”.

El telón de la vida y martirio de esta fémina se descorre en su adolescencia, cuando se embarca de su lugar de origen hacia el Oriente del país. Ella comenta: “A los 18 años, me acompañé, me fui para La Unión, hice mi viaje siguiéndolo a él, y también, porque ya no podía vivir en mi casa: las necesidades eran grandes; mi madre se había quedado sola porque mi padre se había ido para los Estados Unidos, olvidándose de nosotros”.

A lo que secunda: “Me tocó buscar un sostén económico debido a que mi madre con lo poco que ganaba en la costura, apenas alcanzaba para la comida y con la muerte de mi abuela, entró en Shock – se conmocionó- , esto empeoró las situación en el hogar. Ya no íbamos a la escuela y ella nos desatendió. Había que sobrevivir en un barrio pobre y la mejor forma que opté fue acompañarme”.
Sin embargo, esta costeña que tenía en mente navegar en las aguas del amor, nunca pensó que sería víctima de un agresor en potencia. Ella cuenta: “Cometí un error, me fui de la casa por buscar lo mejor, me fue mal con el hombre que elegí, me apaleaba por todo lo que hacía, era bien celoso, en vez de caricias recibí golpizas. Por eso lo dejé”.

Luego de sus quebrantos amorosos, a pocos días de haber llegado a su hogar maternal, Jennifer se deja endulzar el oído por una amiga. La propuesta era muy alentadora y la obligó a embarcar su cuerpo a una nueva aventura laboral, la cual sería toda una odisea.

El segundo atracadero de su desventura

“Vino una amiga, me sacó de la casa con mentiras, ella me conseguiría un trabajo fuera del país. En efecto, viajamos a México, dizque íbamos para un trabajo decente. Ella me vendió en un bar de mala muerte. Por esto quiero que se conozca mi historia, para que las jóvenes que tienen ideales de mejorar su vida en el extranjero no caigan en malas manos y compañías”, puntualiza Jennifer.

Ella rememora: “Por confiar en quien no debía, me obligaron a bailar en una barra show y vender mi cuerpo al mejor postor, no se lo deseo a nadie. Por la gracia de Dios, pude escapar de las manos de estas personas que me mantuvieron cautiva -con dos custodios- por un mes”.

Habiéndose escabullido de sus explotadores sexuales, sorteó una vez más las fronteras, como dice ella: “Descalza las pasé gracias a un joven guatemalteco que me dio jalón – la trasladó- porque no tenía dinero para costear los gastos. Además, aguanté hambre por todo el camino, pero valió la pena llegar a mi país, ver a mis hijos y a mi madre, quien me los cuidó con mucho cariño. Viaje que no lo volveré a recorrer y que comenté a mis amigas para que no se dejaran convencer por el encanto laboral que le pintan muchas personas que se dedican a este negocio- la prostitución-. Unas me hicieron caso, otras se fueron. De estas últimas, tres aparecieron muertas en un cañal en Guatemala y dos de ellas están desaparecidas”, puntualizó.

Del meretricio al PATI

Pero la desventura de Jennifer no terminaba allí. Estando en casa, las necesidades de alimentar a sus vástagos apremiaban. Esta condición la obligó a buscar trabajo y una vez más su cuerpo vuelve a ser víctima del meretricio-prostitución- y nos comenta: “Me fui a trabajar de sirvienta-oficios doméstico- pero me fue mal, el patrón abusaba de mí, no podía decirle mayor cosa, yo conocía a la esposa. Pero la necesidad podía más y me obligaba hacer lo que no quería. Sin embargo, tomé fuerza y me salí”.

Ya sin trabajo y con dos bocas que alimentar, esta fémina busca la ayuda de sus familiares, quienes no tenían muy buena referencia, según ella: “A mi tía le había llegado los rumores que yo sólo pasaba en discotecas y con amigas que no eran buena compañía”.

Ante estos malos comentarios, Jennifer le demostró a su tía que podía superar el pasado, trabajando hombro a hombro en el arte decorativo de uñas, oficio que le abrió las puertas y que perfeccionó a través del Programa de Apoyo Temporal al Ingreso- PATI- administrado por el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local-FISDL- en coordinación con la Municipalidad.

En este programa gubernamental, Jennifer participó junto a 238 personas que fueron beneficiadas en una primera convocatoria con 100 dólares mensuales durante seis meses. Ella, a cambio participaba en proyectos comunitarios como: Limpieza de canaletas, quebradas, tragantes y tuberías de aguas negras. A estos se suman, el cuido y aseo del bosque salado de su municipio.

Adicional a los proyectos comunitarios priorizados por la municipalidad, también fue capacitada en cosmetología y decoración de uñas, un mundo lleno de colores donde según ella: “Desde que me gradué del PATI en octubre de 2011, pude salir del hoyo-prostitución-, ahora trabajo en el decoro de uñas y coloco tinte, hasta hago encargos a domicilio, me va bien”.

El decoro de uñas es un arte milenario que utilizaban las chinas y las egipcias para lucir más bellas. Arte que ha explorado esta costeña, quien se vale de esmaltes de vivos colores para delinear y crear formas según los gustos de cada clienta.

Jennifer insiste: “Quiero que mi historia la vean, que sirva para que muchas jóvenes que caen el hueco –prostitución-, no lo hagan, no trae nada nuevo… muchas amigas desaparecieron al irse para otros países. No se sabe si están muertas”.

Como esta fémina de dos décadas y media, existen muchas mujeres que han participado en el PATI y que se salpicaron de conocimientos en diferentes oficios para cambiar su condición de vida por una más digna, llena de cohesión social, ingresos permanentes y lejos de los estigmas que impone la sociedad a todas las personas que viven a las riberas de las costas salvadoreñas. Lo único que necesitan es un apoyo económico como capital semilla para montar su negocio y salir del abismo infernal en que se encuentran por un mundo lleno de colores y esperanzas para poder sobrevivir.

jueves, 12 de enero de 2012

Jamaica época de cultivo


La rosa de jamaica es una planta con un extenso mercado nacional e internacional. De esta planta se consumen el sépalo y la semilla.




Fecha de actualización: 8/13/2008


Conocida por su sabor agridulce, propiedades medicinales y sépalos de intenso color escarlata que son consumidos en refrescos, té y mermeladas: así es la rosa de jamaica, una planta que debe sembrase en julio y agosto tal como recomiendan agrónomos de la ENA.
La flor de jamaica es un cultivo triplemente atractivo por su aspecto ornamental, medicinal y rentable; es favorable para climas tropicales como el nuestro, adaptándose desde la costa hasta los 800 metros sobre el nivel del mar (msnm) y prefiriendo terrenos sin encharcamiento.
“Estamos en el período justo para la siembra de jamaica (julio y agosto); invitamos a todos los productores a que cultiven sin temor. Este es un producto rentable, de fácil manejo y que puede cultivarse en espacios pequeños”, dice José Arnulfo Gómez Aldana.
A lo que agregó que “esta es la temporada normal de siembra, podemos obtener un excelente desarrollo vegetativo y mejores rendimientos de los sépalos, con una altura de 180 centímetros. Esta época es clave para su desarrollo. Si lo cultivamos en septiembre, la planta no crece debido a la fotosensibilidad y por ende nos genera poca rentabilidad”.
Las pruebas de campo realizadas en la ENA han logrado un manejo de 5,833 plantas por manzana, las cuales reflejan excelentes resultados de desarrollo radicular y vegetativo, en especial las que han sido sembradas en suelos franco-arenosos, con PH de 6.3, fósforo y potasio muy alto y con niveles de 2.5% de materia orgánica.
La siembra se hace por semilla y los distanciamientos experimentados en la ENA que oscilan entre 80 y 120 centímetros entre surco dependiendo de la época que se cultiva: entre más tarde se plante, menos separación entre surco.
Gómez recomienda que la siembra de rosa de jamaica se puede realizar con cultivos en asocio, tal como en la ENA, donde se ha sembrado en una plantación de Carica papaya (papaya), que permite sacarle provecho a la tierra, incrementar la productividad y mejorar las ganancias de los productores.
Sugiere que en caso que la siembra sea manual tardía (septiembre) se espacie entre postura desde 30-40 cm, de 2-3 semillas/postura, y entre surco 80 cm, usando entre 4-5 libras de semilla por manzana. La siembra semimecanizada (tracción animal) se puede realizar a chorro seguido, utilizando 7-9 libras de semilla por manzana.
La rosa de jamaica es una planta utilizada para tratar afecciones del sistema digestivo y alteraciones del sistema nervioso, gelatinas e infusiones, preparación de mermeladas, abono orgánico, alimento para aves e industria cosmética.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Bienvenidos a la “Bendición de Dios”








Entre sonrisas picarescas, vestuario nuevo, caldos típicos a los que suelen llamarse gastronómicas, facilidad de expresión; un perímetro lleno de pobreza en la lotificación San Rafael y muchas ilusiones por querer cambiar su calidad de vida, es parte del descorrer del telón de la existencia de Elia Recinos, una historia que nace del Programa de Apoyo Temporal al Ingreso -PATI- en el Municipio de Santa Ana.
Por Oscar Girón
Botero -pintor y escultor colombiano- estaría encantado de poder reflejar en sus lienzos o esculpir la elegancia de la figura de Elia Margarita Recinos, una fémina de linaje Chortis, nacida en el serpentear del Río de Maguey como se le conoce en Nahuat a Metapán; tierra que hoy es conocida por la Ciudad Blanca y que se encuentra en el pujante desarrollo económico del departamento de Santa Ana.
Elia, además de su anatomía típica de toda salvadoreña que sobrepasa las seis décadas (robusta), es poseedora de una sonrisa cautivadora y una faz que refleja confianza, afecto y respeto por quienes le rodean.
Esta calera -como se les conoce a las oriundas de Metapán- formó parte de las capacitaciones de preparación de alimentos –cocina- desarrolladas por el Programa de Apoyo Temporal al Ingreso (PATI) impulsado por el Gobierno de El Salvador a través del FISDL.
Elia junto a sus 17 compañeras, se especializaron en comidas características de nuestro país. Todas, moradoras de la Lotificación San Rafael # 1 del Municipio de Santa Ana.
Este equipo de cocineras, eran parte de las 654 personas que participaron en la primera convocatoria del PATI, que comprendía la incorporación de los primeros 14 Asentamientos Urbanos Precarios que atiende este Programa Presidencial que es parte del Sistema de Protección Social Universal.
La gastronomía popular de Elia
Recibir un buen abrazo y una sonrisa de Elia no es difícil; desde el primer contacto que tuvimos con ella - debajo de unos árboles de mango y aguacate- nos obsequió muchas siluetas en su rostro y varios apretones de amistad.
A su lugar de habitación, ubicada a 10 metros del lugar donde la encontramos, no tuvimos acceso –le dio pena-, justificándose de inmediato: “No los puedo llevar a la casa, yo no tengo donde vivir y estoy de posada. Un señor me ha dado para que la cuide”. Por respeto, no le solicítanos ir a su morada.
Sin embargo, le pregunte, ¿qué aprendió en el PATI? No vaciló en responder: “Aprendí de todo un poco, me enseñaron a preparar nuégados; sopa de patas - que no lo podía hacer - y torteé mucho para preparar la pupusa loca”.
Traté de buscar sus debilidades en la cocina popular, cuestionándola de una forma aguijoneada en la elaboración de la sopa de patas, obteniendo resultados negativos. De aprendiz pasó hacer toda una maestra.
Un claro ejemplo fue el secreto para elaborar la sopa de patas, revelándonos de la siguiente manera: “Para que quede rica, no uso el consomé, es un ahorro para la cocina, el sabor se lo doy con montes”.
Irónicamente le respondo, zacate limón…; “No papito, son el perejil, el alcapate, el apio, el cilantro y unas cabecitas de ajos, estos para el buen gusto”.
A lo que secunda: “Por nada del mundo deben tapar la olla donde se está preparando, las patas, las tripas – ambas de res- . Si lo hacen, les va a quedar rala; es mejor descubierta para que el caldito quede espeso, para que den ganas de comer y para que el olor atraiga al cliente”.
Agregó un consejo para todas aquellas amadas de casa y chef: “Los vegetales - güisquil, yuca, plátanos y chiles, entre otros- se echan cuando estén blanda las carnes y nervios, para que no se deshagan. Cuando se siente el olor de las especies está en su punto; lo que no tienen que hacer es probarla con la cuchara, es de mala educación; tienen que enconcharse la mano para luego echarse un poquito de caldo y la prueban. Las personas se fijan en eso y dicen, que delicadas y aseadas son para preparar la comida”
Elia, también, nos comentó que aprendió a elaborar las pupusas locas, las cuales llevan de todo: “Ayote, chicharrón, queso, frijoles, pollo y lo que el comensal desee agregarle. El secreto de su sabor se encuentra en los preparos, todo debe estar sofrito y bien condimentado, al gusto”.
De la tierra al negocio del buen sazón
Antes de ingresar al PATI, esta fémina de 62 años, nacida el 30 mayo de 1949 - nos dejó bien claro que hiciéramos alusión a su natalicio, por sentirse orgullosa de ser calera-, se dedicaba a la agricultura, tras un apretón de amistad y estrechamiento de manos en su recibimiento, se hizo sentir la aspereza de su mano, producto de la labranza de la tierra y de la tapiscada del maíz.
“Antes del PATI, acarreaba leña y hacia milpa, lo que ganaba lo ocupaba para el abono y la comidita; como estoy solita, me toca sobrevivir con el esfuerzo de mi trabajo”, Expresa con mucho orgullo Elia.
A esta mujer de más de seis década, no le fue bien en la cosecha del maíz de este 2011, producto de las tormentas, ella cuenta: “Hice media manzana de milpa, sólo pude obtener cinco sacos, los cuales guardé para poder hacer las tortillitas que como en el año”.
“Ahora con lo aprendido, ya estamos organizadas las 18 mujeres que fuimos parte del PATI; nuestra craneada –idea- es colocar un negocio en Santa Ana, que llamaremos la Bendición de Dios, donde serán bienvenidos con precios accesibles para todas las personas. Lo que nos falta es el apoyo financiero que nos pueda hacer una institución para poner el negocio, como sabrá… no es lo mismo trabajar personal que con patrón, cuando uno maneja en asociación las chirilicas- dinero- sabe medir los gastos y uno se hace el tiempo”, expone Elia, con firmeza y una visión futurista de lo aprendido para sustituir el trabajo de la tierra y entrarle al negocio del buen sazón.
Una mudada nueva para la graduación
El PATI, ha cambiado la forma de pensar y actuar de las personas de la Lotificación San Rafael #1, Elia Margarita Recinos es una de ellas y se encuentra lista para recibir este 23 de diciembre, el diploma que la acredita en Cocina Básica.
“Yo estoy lista, ya tengo todo preparado para ir a recibir ese cartón que tanto nos ha costado, voy con orgullo… porque me saque una nota de 9.5 y con esta me graduaré”, exteriorizando sus sentimientos a voz alta para que le escucharan todas sus vecinas.
Elia, es madre de cinco – tres mujeres y dos hombres- pero no recibe ayuda económica por parte de su vástagos debido a que la mayoría tiene familia y con lo que ganan a duras penas alcanzan para el sustento.
Sin embargo, esta calera irá con una blusa roja y una falda negra, como revela: “Compré la tela con el último pago que recibí en el PATI, para poder estrenarla en mi graduación. Voy con una mudada nueva, para que me vean bonita y elegante”.
Ella, compró tres yardas de tela, la mitad para la blusa y la obra para la falda. Las adquirió en tres dólares en el centro de Santa Ana y pagó cuatro dólares por la confección. En total, son siete dólares que ahorró con mucho sacrificio.
Elia Margarita Recinos, es una mujer como muchas que existen en El Salvador en condiciones vulnerables y que han sido gestoras de su propio desarrollo mediante su participación en los programas sociales que fueron abanderados por el Doctor Héctor Ricardo Silva Argüello.
“Tuve la oportunidad de hablar con el Doctor Silva, le di la mano y él me abrazó, le pedí una tercera oportunidad-convocatoria PATI- para las comunidades pobres de Santa Ana, y él me dijo que sí, sentí una emoción muy grande y más cuando me comentó que estaba buscándonos ayuda para que pudiéramos montar nuestro propio negocio”.
Sus ojos se humedecen y su voz se corta; Elia, toma fuerza para cerrar la conversación diciendo: “Por eso le pondremos a nuestro negocio la Bendición de Dios, porque el Doctor Silva, fue orientado por nuestro Señor Jesucristo para apoyar a los pobres y el Programa, fue un regalo que Dios nos dio”.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Stevia, una alternativa dulce para el agro

De pétalos blancos, hojas dulces y descendencia de crisantemos, así es la stevia, una planta cultivada en la Escuela Nacional de Agricultura Roberto Quiñónez (ENA), con propiedades medicinales y próspera para el agro salvadoreño.
Por su capacidad de endulzar 150 litros de agua con solo aplicar dos libras hoja y sus propiedades para mejorar la salud en personas con diabetes y enfermedades cardíacas, ha logrado interés de países como Estados Unidos, Japón, Taiwán, Brasil y Paraguay, los cuales, la cultivan, la procesan y la exportan.
En la ENA, esta nueva inquilina germinó al cuatro día de haber sido sembrada en noviembre de 2007, y dio sus semillas a los tres meses, resultado que pueden consultar los agricultores para conocer su desarrollo y sus bondades.
“La stevia es una planta muy prometedora en el futuro de El Salvador. De sus hojas se extraen propiedades edulcorantes, como el steviósido y el rebaudiósido A, de gran demanda en el mercado agroindustrial y farmacéutico”, según Wilber Alexander Campos, agrónomo y responsable del cultivo de stevia en la ENA.
A lo que secundó: “A escala de agroindustria es utilizado en su mayoría para endulzar las bebidas dietéticas y como complemento de los productos que se elaborar en la industria panificadora”.
De igual manera piensa Carlos Argueta, empresario, fruticultor e introductor de la semilla al país desde Paraguay: “Soy apasionado de la agricultura, investigué la stevia por más de dos años, esta hierba dulce está destinada a sustituir todos los edulcorantes sintéticos del mundo”.

 

Comercialización


Basta degustar las hojas de la stevia, para darse cuenta de que son más dulces que el azúcar, sus propiedades amables al paladar son 30 veces superior al blanco y refinado polvo de caña que ingerimos en una taza de café o leche.
Según Campos, para el sector agrícola y agroindustrial, vendría a ser una alternativa para futuro, debido a que desintoxica la tierra de residuos químicos, estimula el crecimiento de raíces, activa la habilidad reproductora de las células vegetales y posee un buen precio internacional que oscila de $2 a $3 el kilogramo de hoja. Es decir, cinco libras tiene un valor en el mercado mundial de $6.
En el mundo se consumen alrededor de 120,000 millones de toneladas métricas (tm) de azúcar; 100,000 tm de aspartame y 2,000 tm de steviósido (stevia). El mayor productor de stevia es China, que comercializa el 50% de su producción en su mercado interno; el 40% lo exporta.
Para saber
La stevia es oriunda de Suramérica, crece en áreas con clima subtropical, subhúmedo durante todo el año y con temperaturas superiores a los 20 grados centígrados.
La producción que se realizó en la ENA fue a partir de noviembre, y dejó como resultado plantas pequeñas con poco follajes y mucha floración. Esta técnica de cultivo es rentable cuando se requiere la producción de semilla.

No se recomienda para una producción intensiva, debido a que lo indispensable es la hoja, para lo cual se harán pruebas en mayo y junio, períodos que se espera sean propicios para la elaboración de semilleros.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Expos en Centro Cultural de la Moda

MARTES 25 DE NOVIEMBRE DE 2008


Parafrasea parte de un escrito que realicé cuando el Maestro Mariño visitó El Salvador, pueden consultar la entrevista al siguiente enlace http://www.elsalvador.com/hablemos/ediciones/030302/plastica.htm


Expos en Centro Cultural de la Moda


Después de la conferencia de Oka Masako, el Centro Cultural de la Moda albercó varias exposiciones.

Primero, el Instituto invitó a Oswaldo Muñoz Mariño a presentar parte de su obra. De origen ecuatoriano, llegó a México para estudiar arquitectura. Pero es reconocido por su talento de pintor, y en particular sus acuarelas.

"Fue designado por la UNESCO como pintor de la memoria del mundo, donde su arte congela las imágenes de casas, muros, plazas, catedrales y castillos para que vivan más allá del progreso y puedan ser inmortalizadas por su belleza. La perspectiva adecuada de este cronista de la pintura está basado en detalles y en escalas profundas que permiten sentir la atmósfera, las nubes y hasta el mismo cielo." (Oscar Girón, El Salvador, 3 de marzo de 2002)

jueves, 27 de octubre de 2011

La niñez del Cantón La Esperanza, ya no sufre las acarreadas de agua


Instructivo Rehabilitación de infraestructura básica por depresión tropical 12E





En la Ciudad de los Gusanos Medidores, como se traduce del náhuatl al castellano la palabra Olocuilta. Allí, en la que hoy conocemos como la metrópoli de las pupusas, se encuentra en las profundidades de los descendientes pipiles, el Cantón La Esperanza, un asentamiento que celebran con regocijo este 17 de agosto, la introducción del vital líquido a sus hogares.

Como fiel testimonio al desarrollo de esta obra que supera los US 161 mil dólares y que fue financiada por el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL), se encuentra Lucía Ordóñez Paredes, una fémina que rasga su garganta con las evocaciones de lo que significó el agua en su vida.

“Teníamos que caminar por más de veinte minutos para llegar al río, la calle era mala y echábamos tres viajes al día con cántaro en la cabeza. Además, cuando había luna bonita, íbamos por el otro”. Rememora esta cincuentona.

Continúa: “Las niñas y los niños éramos los responsables de la acarreada de agua, por la mañana echábamos un viaje y al mediodía que salíamos de clases para almorzar, el otro. Luego, como la escuela era de todo el día, después de la última campanada, salíamos corriendo a traer el cántaro final de agua para la lavada de los platos de la cena”.

“Era toda una odisea y una experiencia no grata, por la caminada y el esfuerzo de hacer las tareas después de todos los viajes”, comenta Lucía, con una modulación quebradiza de su voz por lo difícil que fue su niñez por la falta de agua.

Pero, este problema no sólo era para la niñez, también las mujeres sufrían de este mal, puesto que tenían que ir a esta única afluente todos los sábados a lavar la ropa. “Ese día blanqueaba el río, todas nos íbamos de mañanita a restregar la ropa y la tendíamos en las piedras. Lo difícil, era la subida y la bajada del huacal con la ropa”

Respondiendo a las necesidades del Cantón

El proyecto de introducción de agua potable nace en el 2008, con la perforación de un pozo en la planta de bombeo de que hizo la Asociación de Saneamiento Básico Rural del Cantón La Esperanza (ASABARCLE) en binomio con la municipalidad en el Caserío Agua Zarca.

La inversión de esta primera fase sobrepaso los 153 mil dólares, fondos proporcionados por el Programa Manos a la Obra por nuestra Comunidad (PROCOMUNIDAD), financiado por el Banco Alemán de Desarrollo (KfW) y ejecutado por el FISDL y que fueron administrados por ASABARCLE, que en su momento fungían como parte de la junta directiva: Don Manuel Antonio Merino (Presidente), Don Santos Rufino Alvarenga (Vicepresidente), Doña Leticia Carrillo (Tesorera) y Doña María Pérez(Vocal), entre otras personas de la comunidad.

Sin embargo, los centros de almacenajes creados por las personas para extraer de las venas de la tierra el vital líquido, resultaron dañados por la naturaleza. Es decir, la tormenta denominada IDA (noviembre 2009), arrasó con parte de la infraestructura construida por la comunidad y dejó sin acceso de agua potable a las 13 comunidades que componen el Cantón La Esperanza.

Es así, que nace la recontrucción del nuevo centro de abastecimiento de agua potable el 15 de noviembre de 2010, a través de la gestión que hizo ASABARCLE a su alcalde Dr. Marvin Ulises Rodríguez Álvarez, quien en el marco del Programa Comunidades Solidarias Rurales (CSR) formalizó su financiamiento ante El Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL).

La pronta solicitud, dio respuesta a la necesidad del Cantón, construyendo: 288.23 mts. lineales de cerca perimetral de malla ciclón; 77 mts. lineales de canaleta de 60x60 cms. de piedra; la construcción de tanque de succión de 200 m3 y caseta de bombeo de 4.00 x3.00 mts, entre otras obras.

“Ahora, ya tenemos agua otra vez, no queremos que nuestros hijos pasen lo que nosotros sufrimos. El proyecto esta bonito, beneficia a todas las familias; por eso le damos gracias a Dios y a las autoridades que hicieron realidad nuestra necesidad”, culmina, Lucía Ordóñez y madre de tres.

La planta de bombeo de Agua Zarca del Cantón La Esperanza, distribuye agua a las 1,200 familias descendientes de los pipiles, quienes reciben el servicio cada tres días. Además, muchas personas toman el modelo de aprovechamiento del agua que tiene Lucía, “Lavo cuando cae y al terminar, lleno los barriles y la pila, porque de esta manera mis hijos no han heredado las acarreadas de agua, como antes lo hacíamos”.